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La campaña del 4-M echa a andar y recrudece el pulso Ayuso-Sánchez

Aunque los candidatos de los principales partidos llevan semanas haciendo actos, la campaña electoral para las elecciones madrileñas del 4-M comenzó este domingo a las 00.00 horas. Lo hizo con una mezcla de actos presenciales con pocos asistentes y convocatorias virtuales, habida cuenta de las restricciones por la crisis de la Covid-19. Y con los dos mismos protagonistas que en las últimas semanas: por un lado, la presidenta autonómica y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, y por el otro el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que han planteado esta campaña como un duelo cara a cara.

Desde el inicio de la precampaña, Sánchez se ha volcado en unas elecciones que, pese a ser autonómicas, tienen importantes implicaciones nacionales tanto a nivel político como simbólico. Este domingo volvió a acompañar en un acto al candidato socialista Ángel Gabilondo, que en algunos momentos se está viendo opacado por el omnipresente choque entre el presidente y Ayuso, que tampoco desaprovecha ninguna ocasión para confrontar con Sánchez.

De hecho, Gabilondo afeó este domingo a Ayuso que centre sus críticas en el presidente del Gobierno sin hacerse cargo de sus propios «errores». «Solo tienes una palabra en la boca: Sánchez. ¿El virus? Sánchez; ¿Toni Cantó? Sánchez; ¿Que no puede resolver algo particular? Sánchez. Madrid no te debe tres, nos debes una porque no puedes vivir sin mencionar a Sánchez», criticó el candidato socialista dirigiéndose directamente a la presidenta autonómica… en un acto celebrado en Ferraz en el que estuvo precisamente acompañado por Sánchez.

Poco tardó en contestarle la propia Ayuso asegurando que si habla del presidente del Gobierno en lugar de hacerlo de Gabilondo es porque «él», Sánchez, «es el candidato para Madrid» del PSOE. «Cómo no vamos a seguir hablando de Sánchez, señor Gabilondo, si es él el candidato en Madrid, si es él el que decide las mentiras que usted tiene que decir a partir de ahora», ironizó Ayuso en un mitin en Las Rozas, donde se mofó de que Gabilondo haya asumido parte de sus propuestas.»Si ya no quiere cerrar el hospital Zendal, no quiere cerrar la hostelería, ahora quiere bajar los impuestos y por primera vez un dirigente del PSOE dice que quiere proteger la concertada, lo siguiente es que sea mi telonero», planteó.

La candidata del PP, además, denunció que Sánchez esté participando en la campaña de Gabilondo «con los servicios públicos y con los presupuestos de todos los españoles». En la misma línea de exponer estas elecciones como un duelo entre el presidente y ella, Ayuso aseguró que Sánchez «se la juega y se lo juega todo». Y, además, agitó la bandera de las supuestas cesiones del Gobierno a los nacionalistas afirmando que, «en un momento en el que pretenden arremeter contra la autonomía fiscal de la Comunidad de Madrid», el Ejecutivo quiere «darles más autonomía a los políticos vascos a quienes les deben los favores, o muchísima más autonomía a la corruptela de los independentistas en Cataluña».

Al contrario de lo que hizo Ayuso –y de lo que él mismo ha hecho en las últimas semanas–, en el inicio de campaña Sánchez ha evitado contestar a la presidenta madrileña para no opacar a Gabilondo. El líder del PSOE no citó a Ayuso en ningún momento de su intervención en el primer acto de campaña, pero sí insistió en el que se ha convertido en el principal reclamo de los socialistas para llamar a la movilización: la posibilidad de que haya un «Gobierno de la plaza de Colón» con Vox dentro.

Por su parte, la formación que lidera Santiago Abascal ha comenzado su campaña como terminó la precampaña: intentando no ser absorbido por la subida de Ayuso y su apelación al voto útil. Por ello, el lema electoral de Vox apela al «voto seguro», en un doble sentido:como una papeleta confiable frente a los supuestos vaivenes del PP y como una apuesta por la seguridad en las calles, uno de los asuntos en los que Vox ha hecho hincapié en las primeras semanas de precampaña.

Más Madrid eligió el Parque del Cerro del Tío Pío (más conocido como Parque de las Siete Tetas) de Vallecas para su primer mitin de campaña, en el que su candidata, Mónica García, cargó contra la «política antisocial de Aliexpress» de Ayuso y la calificó como «presidenta nini, ni salud ni economía». García, que está aprovechando su perfil de médica de la sanidad pública para confrontar con el PP y defender «lo que de verdad importa» –su lema de campaña–, estuvo arropada por el líder de Más País, Íñigo Errejón, que aseguró que son «más» los ciudadanos que «»buscarán la papeleta decente» el 4 de mayo.

«Cuando nos juntamos, nos movilizamos y nos levantamos, vamos que si ganamos», jaleó Errejón, que criticó muy duramente que Ayuso calificase este fin de semana de «mantenidos» a quienes van a bancos de alimentos a buscar sustento. «Nunca insulto, pero hay que ser mala persona para decir eso, hay que tener poco corazón», lamentó.

En la misma línea, Unidas Podemos inició su campaña apelando, como lleva haciendo semanas, a la movilización del voto progresista. En un mitin en Lavapiés, su candidato, Pablo Iglesias, aseguró que su partido es la «garantía de que se harán políticas de izquierdas» en un eventual Gobierno progresista. El sábado, en el acto de pegada de carteles en el Parque Enrique Tierno Galván, Iglesias pidió «que hable la mayoría» –el lema de campaña de Unidas Podemos– porque se mostró convencido de que, si se moviliza «la gente que no insulta», se podrá «dar la vuelta a 25 años de corrupción y de desmantelamiento de lo público».

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